Ese día a las 7 de la mañana lo lleve a la estación del Ave, nos despedimos entre lágrimas, besos y susurros..... No sabíamos cuando volveríamos a vernos, ni cada cuanto podría venir a casa.... al final cada dos meses venia tres días a casa, tres días que disfrutabamos a tope y que se pasaban en un suspiro.
El día a día ha sido duro, muy duro, mas para él, fuera de casa, sin conocer el idioma, sin ver a nuestro hijo...pero hoy semana y media después de su vuelta definitiva, con sorpresa incluida, el año fantasma como lo hemos bautizado ha quedado atrás, volvemos a estar los tres juntos otra vez, con la idea de no volver a separarnos y sabiendo lo muchisimo que nos queremos.
Ahora toca volver a la rutina, retomar los proyectos aparcados y recuperar el tiempo perdido.
Volveremos a vernos muy pronto.
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